Cultura
Uno de los puentes más emblemáticos es el conocido como Puente Madre de Dios, un robusto y austero puente de origen medieval que durante siglos ha servido de conexión entre los caseríos de Anguiano del Barrio de Mediavilla y el Barrio de Cuevas. Este puente, de un solo ojo y construido en piedra, ha resistido el embate de las crecidas del Najerilla y sigue en pie, uniendo ambas orillas como lo ha hecho durante generaciones. Su estructura, simple pero funcional, refleja la importancia que estos puentes tenían en la vida cotidiana de los habitantes, ya que permitían el paso de ganado y mercancías, especialmente en épocas de feria o mercado. La estructura se sitúa a unos 30 metros de altura sobre el lecho del río, ofreciendo una vista espectacular del entorno natural que lo rodea.
El Puente de Madre de Dios, situado en un paraje de gran belleza natural, no solo es un punto de interés por su valor histórico y arquitectónico, sino también por las leyendas que lo rodean. Se dice que, en tiempos antiguos, los monjes del Monasterio de Valvanera solían cruzar este puente para dirigirse a Anguiano y abastecerse de productos agrícolas que la comunidad local les ofrecía como tributo. Este puente, por lo tanto, no solo conectaba físicamente dos partes del pueblo, sino que también era un símbolo de los lazos entre el monasterio y la localidad.
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En el Alto Najerilla, la naturaleza susurra y los pueblos te cuentan sus historias. Respira hondo, pisa tierra viva y siente lo auténtico
Julio Grande